ELENA, nuestra leona de los Balcanes, ¡qué arrojo!, ¡qué carácter!. Se ha convertido en la capataz de Secretaría. Junto a Yuliana es la pareja de moda en Fossano. Alguien habrá ya pensado que su voz es como una alarma, cuando la escuchan, zafarrancho.
Pensé que paseaba mucho en su ociosidad, buscando sol o café, pero resulta que tal trasiego de un lado a otro respondía a cuestiones logísticas y papeleos varios, por los que han sido ovacionadas y que aquí suscribo para dejar constancia.
Junto con Yuliana, nuestras administrativas copan los comentarios salesianos. En Fossano se habla de la pareja laboral en prácticas del mes. Divertidas, cariñosas, aplicadas, vaya, que lo tienen todo. Elena es eficiente, lo único que traba su diligencia es el hambre y el sueño.
En estos días tensos ha pasado por algún que otro bajonazo, por eso, creo yo, agradecería comentarios de más de uno para levantar el ánimo antes de pisar Barajas. Llevar matrículas y ordenar datos supone no pasar por alto ningún papel por pequeño que sea, y significa al mismo tiempo saber ordenarlos debidamente para facilitar su manejo.
Su evolución ha sido positiva desde los primeros días. Siempre aprendiendo, ¡siempre adelante!. No entiendo de nervios femeninos, y reconozco que he gritado y he adoptado una actitud prusiana al respecto, pero Elena es indomable, imagino que en la oficina ha sido igual, ¡bravo por ella!.
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