TRAS LOS PASOS DE DON BOSCO

VISITA AL COLLE DON BOSCO

Quien busque un colegio, seminario o cualquier otra institución parecida estaría cometiendo un error de bulto, pues "colle" significa colina y ésta fue la que habitó Juanito Bosco desde la más temprana edad. Vino al mundo en el caserío de I Becchi un 16 de agosto de 1815. El caserío pertenecía al barrio de Morialdo, municipio de Castelnuovo, en la provincia de Asti. El viaje desde Fossano fue azaroso, ¡menos mal que Jaime tuvo valor de coger la furgoneta!. Fueron 70 km, pero casi 2 horas por carreteras secundarias para evitar peajes.

Visitar la vereda significa redescubrir en unos orígenes tan humildes esa felicidad que contagió a la juventud. Imaginad a la muchachada correteando las laderas siempre abrasadas por el sol, los juegos de niño, las voces entusiastas, esas sonrisas amables.

Juanito nació y creció aquí junto a su madre Margarita Occhiena, su abuela y dos hermanos, Antonio y José, hermanastro uno y hermano de sangre el otro. Su padre, Francisco Luis Bosco murió cuando nuestro Santo era aún un niño. Entre sueños, aventuras, apostolados y tantas otras andanzas juveniles, siempre gustó de regresar a "La mia casa". Como lugar de peregrinación y de atracción turística, su internacionalidad ha dejado a la postre un curioso complejo de edificaciones.

Nuestro orden de visita fue peculiar: primero la Iglesia Superior, luego la Casita y el Prado, luego el Museo. Todo amenizado por la verborrea de un italo argentino llamado Pablo.

LA IGLESIA

El templo superior fue consagrado en el año 1984, es una iglesia contemporánea con un planteamiento arquitectónico original. Ocupa el emplazamiento de la finca Biglione, granja en la que trabajó su padre Francisco y primera residencia de la familia Bosco. Aquí nació Juan. Imaginad la pérdida paterna con sólo 2 años, Mamá Margarita tenía entonces 29. El traslado del hogar supuso movilizar tres hijos y una suegra semiparalizada a un cobertizo apalabrado por el patriarca antes de su fallecimiento.

Se colocó la primera piedra un 11 de junio de 1961 y en 1965 fue abierta al culto la iglesia inferior, con aforo para setecientas almas. La IGLESIA SUPERIOR, aunque consagrada por el Cardenal Ballestrero en 1984, fue reestructurada en 1999 para instalar el sistema de calefacción y para mejorar las deficiencias acústicas. Del tema arquitectónico, mejor no hablo.

Llama la atención la monumental escalinata que da entrada al templo. Allí hay una escultura en bronce del "Maestro de los maestros", donación de los docentes italianos a propósito de su beatificación en 1929. La obra es de Bellini. Sobre el pórtico de entrada hay un fresco de Bogani que representa la tarea misionera de los salesianos y la koiné cultural de la obra. El interior ha sido proyectado por el estudio turinés Trucco con paneles de madera de haya y travesaños verticales en vigas laminadas. La cúpula, con contracúpula suspendida incluida, es invención de la Empresa Gabella.

El Cristo del presbiterio, es del tipo Resucitado, iconográficamente importante por la doble lectura de fechas en la vida de Don Bosco. Coincidencias que nos retrotraen siempre al domingo de Pascua (el domingo 12 de abril de 1846 encontró un lugar fijo de reunión en la Capilla Pinardi; y el domingo 1 de abril de 1934 fue canonizado). Con 8 metros de altura, 6 de apertura de brazos y unos 30 quintales de peso, la imagen en madera de tilo se debe a la Empresa Demetz. Recuerda la misión pedagógica y el optimismo docente salesiano.

Las pinturas son de Bogani; en el transepto sobre la labor de Don Bosco, y al fondo sobre temática evangélica. Los vitrales son de Zonta. En el rosetón se inscribe el escudo congregacional. Igualmente importante son los 14 paneles del Vía Lucis firmados por Dragoni. De gran valor también es el órgano de tracción mecánica y los tres grandes mosaicos exteriores sobre temas de Bogani.

La IGLESIA INFERIOR no la vimos, una lástima, pero nuestro guía Pablo habló del gran retablo de Caffaro Rore sobre los paseos otoñales con sus muchachos desde Turín.

LA CASITA

Bueno, en una vivienda tan austera y pequeña como ésta vivió Juan desde los 2 hasta los 16 años. Quien haya estado en Mohernando, recordará la réplica que allí se hizo construir. Es curioso cómo no se tocó en vida de Don Bosco ni una sola piedra para que no se perdiera ni un ápice de aquella primitiva salesianidad de caricias, miramientos y atenciones maternas. Su padre la compró tres meses antes de morir, en mayo de 1817, y Mamá Margarita la remodeló para instalar su hogar. La ambientación sigue siendo pobre: establo, cocina, habitación de las mujeres (madre y suegra), alcoba de los muchachos (Antonio, José y Juan) y henil. En la actualidad, muy visitada, la reliquia doméstica ha sido englobada en una estructura más moderna, propiciada por la adquisición de edificios aledaños.

Hay una escultura en el piso superior que recuerda el episodio del aceite derramado por el travieso Juanito. Recordad que al haber roto la botella y consciente del sacrificio económico que tal destrozo supondría para la familia, el diligente muchacho agarró un palo y se lo ofreció a su madre para que le castigase según ella lo creyese necesari. Aquí el amor de Mamá Margarita fue admirable y prefiguró los cimientos del proyecto educativo salesiano.

LA CASA DE JOSÉ

El hermano menor de Don Bosco la construyó con motivo de su boda. En el piso superior Juan tuvo una habitación reservada siempre. Otra de la planta baja fue transformada en una capilla dedicada a la Virgen del Rosario.

Se inauguró en 1848. Miguel Rúa vistió el hábito clerical aquí (1852) y Domingo Savio se topó por primera vez en este lugar con Don Bosco. Parte de la vivienda tuvo que reconstruirse en 1988. No esntramos porque había mucho público.

EL SANTUARIO

 El pequeño templete dedicado a María Auxiliadora fue construido por un arquitecto salesiano. Julio Valotti lo levantó entre 1915 - 1918, ¡con la que estaba cayendo en Europa!. Fue durante el contexto de la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918), para pedir por la paz y conmemorar el primer centenario del nacimiento del Santo. El estilo arquitectónico es gótico, con una fuerte impronta piamontesa (recordatorio de Chieri). Aquí debió vivir Antonio, el hermanastro. Una curiosidad: la línea de imposta a modo de cornisa está bellamente ornamentada con escudos seriados que recuerdan las ciudades responsables de tal ofrenda infantil.

Dentro hay una escultura mariana en madera, regalo de la Escuela Profesional Salesiana de Sarriá. El edificio es acogedor. La guerra acabó, más por extenuación que por un vivo deseo de paz.

Hay, al otro lado del patio, una curiosa escultura. Se trata del Monumento a Juanito prestidigitador. La historia es pintoresca, a los once años de edad Juanito entretenía a sus compañeros alternando oraciones, catequésis, relatos, malabares y trucos circenses. El monumento de Tesei representa al joven caminando sobre un alambre tensado al efecto por dos ángeles. Las líneas marcan la alegría y el entusiasmo de su público. Fíjate que me recuerda a nuestro MANOLO FRUTOS, que en esa pastoral hace cualquier cosa para mantener el brío y la tensión, ya sea desde su despacho, desde el aula, desde el "cortile" vallecano, desde el salón de acto o desde la capilla. Digno de elogio y de envidia quien logra mantener ese espíritu alegre e infantil.

EL PRADO

Alegra la estampa de los chicos jugueteando con Juanito en este prado verdeante, rodando y saltando por las laderas de hierba refrescante, escondiéndose tras los flexibles tallos mecidos por la brisa de la tarde. Fláccidos juncos, árboles de sombra grata, rayos últimos de sol que desataban risas improvisadas. Al oeste, este mar verde es protagonista del sueño de los 9 años. La pequeña ermita, remedo de templo antiguo, inmortaliza aquella visión nocturna que dio fuerza a la misión salesiana.

 

Frente al templo, en un flanco del prado, está el monumento a Mamá Margarita, con cinco placas de bronce que ilustran escenas de la vida en I Becchi. El conjunto es obra de Manfrini (1992). Precioso, parecía que hablaba.