Llama la atención la plaza porticada, austera pero grande. El Arco es monumental, le da un toque de grandeza y distinción al conjunto.
El Arco nos dejó sin palabras, a los muchachos parece que les gustó. No sé si por el contraste del color de la piedra o porque había una pizzería cerca y el olor les embargaba. Dejo la duda visual. ¡Miradlo en todo su esplendor!.
En su centro hay una escultura conmemorativa que elogia a los libertadores decimonónicos de la patria, ¡va por ellos!.
La pizza, que no el arte, está causando estragos en nuestras filas. Volveremos con unos cuantos kilos de más, pero el vocabulario gastronómico está abultado en cuanto a los distintos cortes. Un abrazo desde Savigliano, con otro héroe invitado.
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